miércoles, 29 de febrero de 2012

La miseria existencial

Esta entrada contiene spoilers del noveno episodio de esta segunda temporada de The Walking Dead. Estáis avisados.


Cuando Lori se empeñó en hacer ver a su marido que su antiguo compañero de trabajo era un peligro para él y para su familia, The Walking Dead demostró que aún había talento en la sala de guionistas a pesar del despido de Frank Darabont como showrunner de la serie. Eso momento de intimidad y de poder en la sombra por parte de ella recordó la escena final de Mystic River con Laura Linney y Sean Penn, aunque en la ficción con zombies es más una cuestión de supervivencia y una alerta muy seria que simple ambición. Pero seguramente lo más aterrador fue comprobar que, en comparación con su amigo, los zombies eran unos rivales de segunda. Por lo menos de ellos saben qué esperar (ansias de comer sin mucha estrategia) mientras que es complicado interpretar en qué momento puede estallar Shane.


De esto, sin embargo, ya se habló en el último programa de Yo Disparé a J.R. y tampoco quiero ahondar más en la cuestión. Lo que me interesa es constatar que cuando The Walking Dead decide ser buena, lo puede ser mucho. El final del primer tramo de este segundo año, por ejemplo, fue apoteósico. Pero, al igual que me ocurre cada vez que la veo, siempre le veo el mismo fallo: las conflictos y las dobleces morales siempre giran alrededor de las mismas cuestiones.


Creo que en cierto momento ya entendimos que el hombre era un lobo para el hombre y quizá por esta razón cuesta entretenerse entre los momentos de tensión protagonizados por muertos vivientes. Por lo menos desde que la serie ha regresado parece que quieren distraernos un poquito más y que entienden que debe haber una escena de persecución “por los pelos” por episodio (la cabeza del zombie por el cristal del coche fue genial). Pero el inconveniente no es que los dilemas que nos planteen siempre sean los mismos, sino que sus protagonistas tengan tan poco carisma.


De todos los personajes que nos han presentado, solamente Rick, Shane y Lori han encontrado el tono y también su lugar tanto en el grupo como en las tramas, además de Glenn que también ejerce de alivio cómico. No obstante, todos los demás siguen siendo sombras con algo de personalidad que no acaban de integrarse como personajes dentro de la propia serie. Están allí para recordarnos la miseria existencial en la que viven y para protagonizar momentos, pero dice muy poco a favor de los guionistas que Carol haya sido siempre esa pesada que se pasea por allí incordiando, en lugar de despertar algo de interés para que la aparición de Sofia fuera más dolorosa.


Y es que justamente creo que donde más acertaron en esta última temporada fue en el idilio de Glenn con Maggie. Tanto nos ofrecía un descanso entre tanto zombie y desesperanza, como nutría a dos personajes y encima era una trama que no quedaba apartada de la esencia de la serie. Puede que fuera una historia de amor algo paralela, pero igualmente quedaba afectada por la situación postapocalíptica en la que vivían los personajes y, por lo tanto, era tan válida como cualquier persecución. De hecho, seguramente ha aportado más que muchos de los planos de sudor y cansancio de Rick, que diría que ya lo tenemos muy asimilado.

3 comentarios:

Eloi dijo...

Yo quiero reivindiar el potencial interpretativo del trío de actores: Lincoln, Bernthal y Callies. Son grandiosos y por el simple hecho de estar en una serie de zombies no se les valora como se merecen.

Otros personajes, como muy bien dices, están quedando muy apartados. Si bien Glenn y Dale más o menos se salvan, lo que están haciendo con Andrea es imperdonable. La actriz me parece justita, pero el personaje en sí creo que se podría explotar mucho más.
Y ya no hablemos de Carol y Daryl. Si se acaban liando me río.

El problema de esta serie es que no se atreven a matar a los personajes, cosa que en el cómic no suponía ningún problema. Supongo que el hecho de ir despidiendo actores debe ser difícil... Pero es que llevamos 10 capítulos y no ha muerto nadie! (Sólo Sofía, pero cuenta por media persona.)

P@B dijo...

Daryl también ha tenido sus momentos estelares aunque es cierto que desde que han vuelto ya ni aparece. Callies me parecía muy justita al principio de la serie pero ahora es grandiosa, se ha hecho con el papel de Lori y destila poder sólo con una mirada. A Shane le despedimos al final de la segunda me temo y espero que Rick tenga más problemas a los que enfrentarse y por favor... Que se vayan YA de la puñetera granja!! Lo está ralentizando todo demasiado!!!

Crítico en Serie dijo...

Callies es lo mejor de la serie. Bernthal hace un gran trabajo, es cierto, pero también ha tenido momentos donde era muy fácil lucirse. El personaje de Lori, en cambio, podría caer directamente mal y Callies sabe transmitir sus dobleces con cada una de sus miradas.