lunes, 23 de julio de 2012

Los últimos días de Brenda

En tres semanas, Brenda Leigh Johnson cogerá las chocolatinas de su cajón y dejará el despacho de la unidad de crímenes especiales de la comisaría de policía de Los Angeles. Las causas y circunstancias aún están por concretar pero, más allá de cuáles serán y quién es el topo de la brigada, me resulta más interesante valorar el legado que dejará tras de sí The Closer.
La serie creada por James Duff no inventó las series del cable básico, pero sí ayudó a definir ese páramo donde muchos canales aún dedicaban todas las horas de su programación a emitir repeticiones, desconexiones locales y programas de bajo presupuesto. FX, por ejemplo, ya había desarrollado su imagen de marca a base de ficciones propias como The Shield, Nip/Tuck y Rescue Me que aprovecharon su condición de cable para ofrecer contenidos más arriesgados, y The Closer ayudó a consolidar el modelo de algunos canales de cable. Acostumbró a los espectadores a ver series de televisión en verano, en lugar de las reposiciones y los realities de tres al cuarto que las networks suelen reservarse para los meses más calurosos.
El público respondió a la propuesta: más de siete millones de espectadores vieron la llegada de la subjefa de policía y convirtieron The Closer en la serie del cable más vista de la historia, con picos de más de nueve millones en la tercera temporada. Había un hueco en televisión para otra serie de cariz policial, con algo menos de presupuesto pero más ingeniosa en el tratamiento de sus casos. Puede que algunos consideraran que las confesiones que conseguía la detective requirieran una suspensión de la incredulidad por parte de los espectadores, pero siempre fui de la opinión que se exponían muy bien las estrategias de Johnson para conseguir que sus sospechosos renunciaran a la presencia de un abogado. Hay que alabar, también, la fantástica labor de cásting de la serie, que siempre tenía unos sospechosos muy solventes.
Si The Closer será recordada, no obstante, será por Brenda Leigh Johnson, la subjefa sagaz, tozuda y teatral que se ganó el respeto de sus subordinados a base de esfuerzo y resultados. La crítica admiró, sobre todo, que Brenda fuera una mujer femenina (con su definido look de falda, enorme bolso y sombrero) y que lo utilizara a su favor. Ella era la protagonista absoluta de una serie policíaca y ni dependía de ningún hombre, ni intentaba hacerse un hueco en la comisaría comportándose como uno más del equipo, numeroso y con bastantes roba-escenas (Fynn y Provenza, básicamente).
Kyra Sedgwick, además, estuvo a la altura del reto con su excesivo pero entrañable acento sureño y mostrando su amalgama de registros con los distintos casos. En las primeras temporadas, James Duff disfrutó cambiando el tono de la serie de episodio a episodio, intercalando casos muy cómicos con otros que aguaban el día a cualquiera y que le dieron artillería pesada a la actriz para presentarse a los Emmy, siendo nominada cuatro veces antes de ganar por un episodio de la quinta temporada, Maternal Instincts, donde aparecía su hija, Sosie Bacon. Y, con el público y la crítica en el bolsillo, se convirtió en la estrella indiscutible del cable básico con un sueldo de 300.000 dólares por episodio.
En resumen, se echará de menos The Closer, independientemente de quien siga en el spin-off encabezado por Mary MacDonnell, Major Crimes. Puede que sus casos hayan sido algo más ligeros en los últimos años, pero siempre podrá alardear de tener una brigada con mucha química, unos casos muy realistas basados en la astucia de la policía y una protagonista sólida y cuya evolución no ha tenido fisuras. Larga vida a la Reina. Larga vida a Brenda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. He disfrutado con Brenda y todo el equipo, desde la primera a la séptima temporada. Ahora estamos ya a punto de decirle adiós, el próximo lunes. Pero también le doy la bienvenida a Sharon y a los que quedan.
Un abrazo,
Mª Carmen Molina

Crítico en Serie dijo...

Por suerte, creo que hemos visto todo lo que teníamos que ver de Brenda, así que las despedida será triste pero no frustrante. Y curiosamente tengo muchísimas ganas de ver Major Crimes. Cada vez que ha aparecido Sharon, me he quedado con ganas de ver más. Por fin veremos cómo funcionaría la unidad bajo sus ideales de seguir la ley al pie de la letra.