miércoles, 2 de octubre de 2013

La sinceridad de Walter

El final de ‘Breaking Bad’ probablemente ha sido el fenómeno televisivo del año. Una serie cuyo estreno pasó desapercibido para el público y que reunió más de diez millones de americanos en su último episodio. Una excepción a la regla de que las series de calidad son para las minorías o que una primera temporada con pocos espectadores no se puede remediar con un boca-oreja constante, las buenas críticas y rematarlo con una despedida por todo lo alto. Y creativamente hablando estuvo a la altura.

Aquí, como podéis imaginar, habrá spoilers.

Entrar en discusiones de si fue mejor que el de ‘Perdidos’, como muchos espectadores le hicieron saber a Damon Lindelof vía Twitter, es inútil. Son dos tipos de series completamente distintas y el de ‘Breaking Bad’, por más revuelo que haya causado, fue un final tranquilo. Vince Gilligan se planteó estos últimos ocho episodios como un todo, como un final en ocho partes y por esta razón la última hora fue calmada. Estamos acostumbrados a que en los últimos minutos se resuelvan multitud de tramas y alguna relación íntima y su autor tenía otra mentalidad. Casi no había cabos sueltos (Hank enterrado, Marie viuda, Skyler y Finn desgraciados) y únicamente faltaba ver cuáles eran las últimas acciones de Walter.

En este aspecto, Gilligan tuvo compasión. Dedicó sus últimos instantes a procurar que sus hijos recibiesen el dinero de alguna forma (el guionista ha reconocido que le costó mucho encontrar la excusa perfecta), acabó con aquellos que amenazaron de muerte a su esposa y finalmente perdonó a Jesse en el momento oportuno. Comprendió que había sufrido lo suficiente y fue sincero consigo mismo por última vez. Una idea que estuvo presente a lo largo del episodio cuando no culpó a sus antiguos socios de su desgracia, reconoció ante Skyler que se había convertido en mafioso porque le gustaba, y perdonó a Jesse porque asumía que él todavía era peor persona. Reconoció que era el villano y, puestos a morir, lo hizo rascando la pizca de bondad que todavía le quedaba.

¿Una resolución fácil? En absoluto. Podía predecirse estas últimas semanas pero, si volviese a mis pensamientos previos a la temporada, jamás hubiese imaginado que los allegados a Walter sufrirían tanto. Podía imaginar a Hank cazando a Walter, a este muriendo de cáncer y a Skyler disfrutando de esos fajos de billetes. Sin embargo, Gilligan les pasó factura a todos y cada uno de ellos y al final se centró en su personaje favorito. El título se refería a él y él tenía que agenciarse del desenlace con momentos plásticos destacados y una escena de violencia muy satisfactoria.

Se echó de menos, por ejemplo, que los enemigos fueran más temibles. Lo eran, sí, pero no transmitían la sensación de ser el último mal porque este era Walter. Cuando acabó con Gus al final de la cuarta temporada, ‘Breaking Bad’ sólo tenía un verdadero villano y los demás sólo eran instrumentos para que la trama avanzase, para que la droga y el dinero siguieran moviéndose. Por lo tanto, si pueden criticarse algunos puntos del desenlace de la serie, es únicamente porque estamos acostumbrados a mayores fuegos de artificio. Cuesta asimilar que llegados a ese punto los dos mayores co-protagonistas, Jesse y Skyler, ya se hayan quedado sin palabras. Pero conceptualmente fue interesante y acertado, y los últimos sesenta minutos eran el desenlace que la serie necesitaba a todos los niveles.

5 comentarios:

@jjfari dijo...

Pues yo debo de ser el único mortal que quería un final con Jesse en un agujero y Walter viviendo, forrado, en Belice (la de verdad) sus últimos días. Con los mafiosos muertos y, quizás, habiéndole enseñado a Jr. a cocinar la meta azul :-)
Creo que he empatizado mucho con Heisenbergh :)

nirv94 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Prax dijo...

Estoy bastante de acuerdo en todo, salvo... Walt "perdona" a Jesse? Qué tiene que perdonarle? Es al revés. El propio Walt lo sabe y le pasa a Jesse el poder decisorio. Qué mal le ha hecho Jesse a Walter? Podría culpársele indirectamente por la muerte de Hank, pero, al fin y al cabo, quien trajo a los nazis a escena fue Walter.

Eli dijo...

Estoy deacuerdo contigo un final que merecia la serie aunque me pase todo el capitulo esperando sorpresas xD ya la serie me acostumbro a eso :D

Crítico en Serie dijo...

jjfarl, tienes una moral algo perturbadora. ;)

nirv94, si tienes en cuenta el canal en el que se emitió y las características de la ficción (y el hecho que tuvo dos millones de espectadores de media hasta la cuarta temporada), más el apoyo de la crítica, quizá entenderás el fenómeno. Pero diría que no estás por la labor.

Prax, que tú creas que no le hizo ningún mal es una cosa. Pero Walter quería matar a Jesse por traicionarle y hablar a la policía. Según su estropeada moralidad, él había roto un acuerdo (como si no se lo mereciese por dejar en coma al niño, matar a Mike, etc).

Eli, como dijo Alberto Rey en el podcast de Yo Disparé a J.R., el final de temporada fue la muerte de Hank. Esto fue una propina para que supiéramos cómo terminaban todos.